27 ene 2011

CAPITULO 0: Introducción

Se acabó. No más horas sumergido en la faena de aniquilar videojuegos. Se terminó la televisión abocada a regurgitar chusmeríos. Ya no hay melodías pegajosas vendiéndose en la radio. Ni un solo golpeteo de las agujas de reloj, volverá a gobernar mi vida.
Suena muy optimista. Es una pena, que lo que se acabó, fue el mundo.
¿Cómo mierda fue que perdimos nuestro lugar de privilegio en la cadena alimenticia?
Algunos hablaban de una peste transmitida por las ratas. Otros le echaban la culpa a la enfermedad de las vacas locas o a la explosión de un satélite orbital. Incluso una vieja de ruleros y escoba en mano hablaba de la mutación de un retrovirus afín al ADN humano, antes de ser atacada en vivo y en directo ante las morbosas cámaras de un móvil.
 Lo cierto, es que mientras más se insistía en la posibilidad de una contención, más noticias trágicas aparecían en los medios de comunicación. Al principio, las noticias se replicaban de una pantalla a otra, hasta que el frenesí de información se detuvo. Los celulares e Internet, fueron los primeros en quedar fuera de línea. Lo siguieron los teléfonos y la televisión. Luego, sin electricidad en las ciudades, tampoco las estaciones de radio pudieron difundir las noticias.
Mientras tanto, la gente temerosa de lo que pudiese merodear afuera, se encerraba y tapiaba sus puertas. Pero cuando el hambre llegó, comenzaron los saqueos, el terror, la confusión, los delitos y los desmanes. Al darse cuenta que permanecer en las ciudades desprotegidas era más peligroso que salir huyendo, comenzaron las corridas y el pánico general. Tarde, el gobierno pudo trazar un plan de acción.  
Primero, todos hacia afuera. Después todos cada vez más adentro. La promesa de protección, atención médica y organización, brindada por los gendarmes, atrajo a las multitudes hacia los centros urbanos designados. En otras palabras, se reunió a toda la comida en un mismo lugar.
Mierda, hace un mes de eso. Me queda una lata abollada de duraznos al natural, y empiezo a considerar suicidarme con un sorbo de agua del inodoro. Solía pensar que tarde o temprano, el ejército se organizaría, y todo esto terminaría con un megaoperativo y una balacera. O al menos, que vendrían a rescatar a los super-vivientes.
Ya no pasan helicópteros. Ya no escucho frenadas de emergencia en las calles. Solo el gorgoteo de alguna de esas cosas, pasando frente a la puerta de vez en cuando.
La casa de un hombre es su castillo. No quiero que este se convierta en mi tumba. Creo que es hora de salir y enfrentar este “pequeño fin el mundo” que me rodea. Aunque la idea del sorbo aniquilador, sigue siendo tentadora…
TIERRA DE ZOMBIS, El juego de rol
Me gusta ir rápidamente al punto, para luego explayarme. Así que es hora de hablar un poco del juego:
No me siento especialmente obligado a explicar el Escenario de Campaña. No es un desapego a la responsabilidad, sino la ferviente seguridad de que otros lo han hecho mucho mejor que yo. Pueden quedar algunas preguntas que responder, por ejemplo:
¿Qué pasó en el mundo? – Hay una muy buena colección de películas y cómics que he recomendado. No necesitas verlas todas. Con un par, sobran. Simplemente aclaro la cuestión, de una vez por todas: Los muertos se han levantado, muy hambrientos, y recorren el mundo tratando de alimentarse de los vivos (una especie disminuida y en vías de extinción, a la que lamentablemente perteneces).
¿En qué mundo se juega? – Prueba esto: abre la ventana, y mira hacia afuera. De hecho, un buen paseo también te vendría bien. Otros escenarios de campaña incentivan el pasar horas leyendo nombres de lugares y personajes destacados, y el flujo de la economía y la política. Yo te invito a que des un paseo, con los ojos bien abiertos, y conozcas tu barrio. Los locales, los negocios, las casas. Claro, vas a tener que verlo con una óptica un poco nefasta. Como si todo el mundo hubiese salido corriendo, atropelladamente, salvando lo importante y olvidando todo lo demás. La regla de oro es esta: NO estás jugando en el mundo real, estás jugando en una versión FICCIONADA del mundo real.
Como en toda película, hay una porción de lo que se muestra en ellas, que es real (por lo menos en las que no son de animación). Las calles, los edificios, la mayoría de los objetos, son reales. Otros elementos, no lo son: los personajes, las acciones, los diálogos.
¿A qué estoy tratando de llegar? – Bueno: Puedes jugar en un mundo de forma y reglas similares al que te rodea, pero creando una trama ficticia en la cual el caos producido por una oleada imparable de zombis, ha causado estragos.
¿Qué es lo que llena el mundo y cómo actúa? – Ya lo dije, un par de películas, palomitas de maíz, y un estómago duro, van a aclarar más que cualquier cosa que yo pueda escribir.
¿Qué reglas modelan y rigen este mundo? – ¡Bien! Esa sí es la parte que me atañe. El presente módulo desarrolla las reglas en las cuales podrás basarte para jugar.
Para empezar, quiero explicar lo siguiente: Este es un módulo de juego y campaña, basado en las reglas del sistema FATE, basado en el sistema FUDGE (el cual cuenta con una Licencia Abierta). Entonces, contenida en estas páginas se encuentran las modificaciones y ampliaciones al sistema base, para poder jugar en un ambiente moderno, y acorde a las exigencias de la propuesta, junto con una versión traducida y adaptada del Sistema de Juego.
El Reto:
He puesto al mundo entero en tu contra. Te he dejado prácticamente solo, sin recursos, arrebatándote todo lo que conocías. He convertido cada puerta en una trampa mortal, cada noche en una pesadilla, y cada suspiro en una náusea. ¿Y para qué? Simplemente para lanzarte un desafío.
Te reto a que sobrevivas al horror.
A agudizar tú ingenio para descubrir formas imaginativas de sobrevivir, teniendo todo en contra, y con la posibilidad de que todo se vaya vertiginosamente al demonio, de un momento a otro. A poner en juego tus  conocimientos del mundo, tu capacidad táctica, y tu fuerza de vida, tus deseos de sobrevivir, todo eso, sin abandonar la mesa de juegos.

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